martes, 7 de octubre de 2014

Festival Internacional de Zaragoza. FIZ 2014

El Auditorio de Zaragoza, situado al lado de la Romareda, abría las puertas 15 minutos antes de que Pecker inaugurara el escenario. La organización tenía todo controlado sin problemas y una consecuencia será que esta entrada del blog tendrá más imágenes comparada con otras. La acreditación de prensa permitía el acceso al foso del escenario y desde allí @alago922 de idontlikeapples hizo las fotos buenas que se adjuntan, las borrosas es cosa mía.

Como toda apertura de puertas estábamos tranquilos debido a que aún seguía todo bastante vacío, lo que dejaba apreciar la buena acústica de la sala. El resto de instalaciones son un lujo y haber invertido en una sala multiusos es un gran acierto del Auditorio. Las colas eran fluidas y breves, situación que se mantuvo durante todo el festival. Igualmente era un punto a favor entrar pronto o como existía la posibilidad de comprar la moneda del festival fuera (los típicos tokens), ya entrar con la previsión de lo que ibas a consumir

La única pega eran los precios, pero la oferta y demanda son las que son, aunque la diversidad de bocadillos era de sobresaliente.

Miss Caffeina fueron los responsables que a las 20h ya hubiera bastante gente dentro. Muchas de las canciones tenían un tono parecido a Vetusta Morla, exceptuando Buen Soldado que interpretaron sin Francisca Valenzuela. Los conciertos seguían puntuales y los mallorquines L.A. daban caña con sus riffs de guitarra y voz potente cantando en inglés.


¡Qué  bien tener a Izal en cualquier festival! La percusión y el teclado anunciaban la salida del resto de la banda. La experiencia de toda una gira les da una confianza con las guitarras brutal y lo contagian al público que canta todas sus canciones.

Un grupo que mantiene el ukelele en sus directos, lo que parece que para algunos era una moda en 2012 a ellos les funciona.


Hacía la misma hora en la cafetería del piso de arriba, donde se servía la comida, ésta estaba adaptada con altavoces y una mesa de DJ que animaban el tiempo entre conciertos. Solo sonaban temazos, como si de la mejor discoteca se tratase.




Bajó el número de personas, quizás para ir a cenar o beber fuera, pero Russian Red salía al escenario. En la oscuridad brillaba el nombre en rojo, y Lourdes dando la sensación de chica tímida empezaba a tocar su guitarra con toques brillantes.




Su voz en instantes variaba con algún efecto de sintetizador para después dejarla pura delante del público. Seguro que hay esfuerzo y talento detrás del resultado que ofrece, pero la clave es que es única.


 


 
Vetusta Morla son el referente español hoy en día, incluso algunos asistentes intentaron copiar la camisa con la que Pucho sale a los escenarios. Una camisa que después de darlo todo pesa más que al principio, cuando todo empezaba con algo de percusión extra y aparecían todos.

Siguen presentando su disco “La Deriva”, y repetían escenario pero con más aforo. Las 5000 personas del festival estaban presentes en el concierto más multitudinario de la noche.  




Hubiese sido un espectáculo de luz genial para Izal y su Mujer de Verde. Pero los originarios de Madrid tenían el privilegio de contar con un juego de luces más que variaba magníficamente entre canciones. Y cuando instalan la percusión delante del escenario ya sabes que tocarán Copenhague y te dicen que son los cabezas de cartel por algo.


Era el turno del rock de León Benavente, quienes estaban muy juntos actuando y cerrando el ciclo español de conciertos antes de Kakkmaddafakka. Los noruegos empezaban con Touching y no pararon de saltar y animar con gestos y bromas durante todo el concierto. Tenían claro donde estaban al afirmar que Aragón era hijo de Aragorn refiriéndose al Señor de los Anillos. Uno de los grupos con más espectáculo sin la necesidad de atrezo donde los coristas juegan un papel importante.



Terminando Restless los miembros de la banda se despedían de Zaragoza, pero cuando el batería advertía a los técnicos del escenario “one more song”, por el otro lado ya estaban recogiendo la guitarra y el bajo de sus compañeros. A lo que al volver a salir el cantante, se quedó entre una canción y una despedida un poco forzosa que nos dejo pensando qué más iban a ofrecer.



Todo el ajetreo era para que <<rinôçerôse>> tuvieran todo listo, pero tras 9 horas de música uno de los amplis dijo adiós y el poco retardo que hubo lo empezaron solucionando tocando con la guitarra clásica de siempre. Mientras el técnico buscaba la solución, se alargaba la primera canción hasta el punto de dar espectáculo con una simple lata del patrocinador a modo de slide para la guitarra.











Cerca de las 5 de la mañana Kostrok tenía la misión de asestar el último golpe a los que quedaban. La valoración final es que el FIZ no es un festival para ir y volver el mismo día si no eres de Zaragoza. Hay que quedarse y descansar del fiestón que es.